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  • Foto del escritorLaura Fuentes

Obscenidad: Rokudenashiko

Megumi Igarashi. es una dibujante y escultora japonesa que se dio ha conocer por su serie de moldes de su propia vulva. En 2014 fue encarcelada por haber infringido la ley japonesa relativa a la obscenidad: había realizado una impresión 3D de su vulva y


confeccionado a partir de ahí un kayak. Su objetivo era normalizar, desmitificar y reivindicar la presentación del sexo femenino, tabú en su país:

¿Por qué esconderlo y pixelarlo cuando al mismo tiempo existe en Japón un festival que venera y celebra el pene?


Soy la artista Manko (vagina) Rokudenashiko (inútil) Megumi Igarashi.

Los mangakas japoneses utilizan seudónimos todo el tiempo, así que yo me creé este seudónimo tonto sin mayor intención cuando empecé mi carrera en el "reality manga". El arte manko también fue solo una tontería que hice por los cómics.

Sin embargo, no estaba en absoluto preparada para la reacción de los hombres en Japón.



"¡Es una guarrería!", "¡Qué asco!", "Probablemente huela", me escupieron.

Otros me sonreían lascivamente:

"¡Enséñame más!", "¡Niña pervertida", "Quiero follarte".

No es normal que lo que debería ser simplemente un órgano que poseen todas las personas denominadas como mujeres al nacer merezca un desprecio tan insistente y reciba un tratamiento tan especial. Bien pensado, incluso pronunciar manko era un tabú, y estaba absolutamente prohibido desde que era niña, y yo había acabado respetando las conversaciones arcaicas en contra de esa palabra, a pesar de mí misma.

Desde que empecé mi trabajo en el arte manko, me he resistido a los viejos que protestaban. he decidido continuar con mi trabajo, cada vez más absurdo, con toda la seriedad del mundo.


Aunque al principio era un chiste, ahora las bromas las hago con cada gramo de mi cuerpo y mi alma.

Deco- man superdecorado y flamante con forma de manko.

Diorama con forma de manko.

Cochecito de niño manko.

Grifos manko activados por sensores de movimiento.

Luces manko que se iluminan en la oscuridad.

Fundas manko para iPhones.

Barcas manko.

Mis ideas han enfurecido a un puñado de hombres de mentalidad estrecha pero el número de personas que creen que son divertidas, tontas, alegres e hilarantes también ha aumentado.

Sin embargo por extraño que parezca, la policía en Japón me ha detenido dos veces. Afirman que mi trabajo es "una obscenidad que estimula los impulsos sexuales excesivos" y que por tanto es un delito. La afirmación ha llamado la atención del mundo y los medios extranjeros me han preguntado numerosas veces si en Japón pueden procesarte por algo así.

"Sí, en Japón se detiene a la gente por estas cosas. Me imputaron formalmente en la Nochebuena de 2014. Pero es muy complicado. Mi manko no es obsceno. Protesto firmemente contra esas afirmaciones, pues no creo que haya hecho nada malo, y me opongo a los cargos a mi propia y frívola manera.

Cumpliendo con mi palabra me encuentro enfrentándome a los cargos en los tribunales. Mo importa cuántas veces me detengan, nunca olvidaré las caras que me han sonreído, y no retrocederé.



El manko no es nada extraordinario o especial, y en realidad es una parte obvia de la vida y por eso mismo debería importarnos. Y juro que las obras de arte manko que la policía me ha confiscado y se niega a devolverme volverán algún día a mi legitima posesión, y seguiré riéndome de esa misma policía durante todo el proceso.


El Tribunal del distrito de Tokio declaró a Rokudenashiko no culpable de obscenidad por haber exhibido recreaciones artísticas de su vulva en un sex shop de Tokio en julio de 2014. El tribunal dictaminó que la obra de arte, hecha con materiales de colores, piel falsa y purpurina podía considerarse arte pop. Sin embargo, se la declaró culpable por distribuir material indecente y se le impuso una multa de 400.000 yenes (3.000 euros) por haber difundido datos de impresora 3D que permitieran a los usuarios recrear réplicas de sus genitales. Rokudenashiko afirmó que estaba contenta de que el Tribunal anulara la acusación de obscenidad, pero, a su vez, muy decepcionada con la sentencia: "Explican que mi obra está bien porque no parecen genitales femeninos reales. Significa que los genitales todavía se perciben como objetos obscenos".

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